Durante mucho tiempo, el acceso a la cultura ha sido un bien costoso, esto se podía ver por ejemplo cuando querías adquirir música o películas, o un libro, o un periódico, en cualquier caso, todo costaba dinero. Una de las pocas excepciones a esto eran las bibliotecas, centros de cultura gratuita y en grandes cantidades.
Todo cambió con la llegada de la red. Con la aparición de esta tecnología se consiguió crear un lugar donde se podía encontrar gran cantidad de cosas gratuitas, con el único coste del acceso a la red. En Internet podías leer un periódico on-line, escuchar una canción, ver un vídeo, descargarte una película… podías hacer muchísimas cosas con muy poco coste.
Progresivamente la gente empezó a hacer uso masivo de Internet, ejerciendo su “derecho de copia privada”. Dada la cantidad de contenidos disponibles en la red, las posibilidades para ejercer este derecho eran mucho mayores: podías descubrir canciones, vídeos, libros… Algunos de estos bienes culturales posiblemente no los habrías descubierto antes porque no había un soporte internacional para intercambios masivos tan accesible y barato. Todo esto benefició el acceso a la cultura y a los contenidos de interés cultural disponibles.
Pero como lo bueno suele durar poco, no tardaron en aparecer opiniones contrarias a esto. La protagonista de estas opiniones fue la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). La SGAE se sintió perjudicada y alegaba que el intercambio masivo de cultura gratuita generaba una pérdida potencial de negocio para los autores, ya que disminuía la venta de discos, libros, películas… Así que exigió que se regulara la red, poniendo medidas para evitar estas situaciones de pérdida de negocio.
Estas medidas, a mi parecer, no están justificadas, por el simple hecho de que aunque aparezcan situaciones en las que los autores puedan perder parte de las ventas de discos, también se generan ganancias potenciales en otro sentido, y los ingresos de los autores continúan subiendo (los de los buenos autores, claro)
¿Cómo es posible que los ingresos de los autores puedan seguir subiendo a pesar de la pérdida de parte de las ventas? Estos pueden seguir subiendo porque por un lado, todavía hay cantidad de gente que compra discos (ya sea por fidelidad hacia el grupo/cantante, porque le gusten más los discos de verdad o simplemente por no tener que molestarse en bajarlos) y por otro se hace una publicidad gratuita a los autores (sea a los previamente conocidos o a los que hasta ese momento no se habían dado a conocer por falta de medios o por no estar en un sitio adecuado en el momento adecuado) Esto hace que acuda más gente a sus conciertos, por lo cual, los beneficios siguen subiendo.
En cualquier caso, sería terrible que por teóricas pérdidas de ingresos por parte de los autores, la difusión de la cultura que se ha conseguido con internet se frenase, con sistemas, aparte de restrictivos de derechos, poco eficaces y que generan gastos innecesarios.
Esperemos que se tenga en cuenta que si se pone trabas a internet, se pone trabas a la cultura.
Economía 2.0 